sábado, 24 de febrero de 2007

INDÍGENAS POR EL DERECHO A LA TIERRA

Corte de ruta en Purmamarca, 9 de agosto de 2006
Por: Iván Crespi B. y Marcela Isaza G.
Las fronteras no cambian los rasgos ni los apellidos, ni siquiera los años de resistencia y de lucha. Aunque en este caso, lo que sí varía entre lado y lado es la situación de los pueblos indígenas.
Dejamos una Bolivia en donde los temas prioritarios de discusión de los gobernantes son los que se expresan y exigen desde las asambleas populares rurales y urbanas.
Entramos a una Argentina en donde los pueblos originarios continúan con sus reivindicaciones casi tan ancestrales como su historia: el derecho a la tierra.
El 8 y 9 de agosto en el noroeste argentino, cientos de indígenas de la Puna y de la Quebrada de Humahuaca cortaron la ruta nacional 9, a la altura de la localidad de Purmamarca, para exigir la entrega de títulos de tierras. En una mano con la wípala y en la otra con la bandera argentina, niños, jóvenes, adultos y ancianos piden la presencia inmediata del Gobernador de la Provincia de Jujuy, para que responda al reclamo. Pero lo que se escucha es que el corte de ruta se levantará en pocas horas, pues llegarán más gendarmes desde Salta para “arreglar la situación”.
Esta marcha, denominada “Segundo Malón de la Paz”, fue concebida como una reedición de aquella histórica protesta que miles de indígenas de la Puna realizaron llegando a Capital Federal en 1946, para reclamar por sus tierras. Como consecuencia, tres años más tarde, el entonces Presidente, Juan Domingo Perón, dictó un decreto de expropiación de tierras para la devolución a sus habitantes.
A 60 años de aquel hecho, las comunidades continúan pidiendo al Estado el cumplimiento del mandato, que fue fortalecido en la reforma constitucional de 1994, en donde se reconocen los derechos de los pueblos indígenas.
En el noroeste argentino aún existen 127 comunidades, con 60 familias cada una, reclamando el derecho a sus títulos de propiedad. Por ello, para que sus voces acalladas lleguen a todos los oídos, para que sus pueblos broten en los mapas de los gobernantes, deciden como última medida, cortar rutas.

UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE DESDE LA PLAZA


SUCRE, 6 DE AGOSTO
Por: Iván Crespi B. y Marcela Isaza G.


Si se piensa en actos por la reforma de una Constitución Nacional, imaginamos hombres con trajes impecables dentro lujosos edificios. Pero en Sucre no fueron los mortales de siempre los protagonistas de este hito en la historia de Bolivia. Esta vez, los actores centrales fueron hombres y mujeres con sandalias raídas por el largo camino a pie, con la misma ropa que utilizan para trabajar la tierra y con hojas de coca en su boca. El lugar que acaparó toda la atención fue la misma Plaza de Armas sucrense.


En el día de hoy las actividades comenzaron desde bien temprano con bombas, dianas y el tradicional Tedeum.


Los actos comenzaron a media mañana, frente a la plaza principal de esta histórica ciudad que ostentó cuatro nombres -La Plata, Charcas, Chuquisaca y la actual Sucre, en homenaje al Mariscal de Ayacucho- y actual sede de una de las Universidades más prestigiosas de Suramérica.


La apertura fue presidida por la presidenta de la AsambleaConstituyente, Silvia Lazarte, líder sindical de Santa Cruz. Frente a ella, juramentaron los 255 asambleístas, estableciendo la asamblea considerada como la más integradora en la historia del país. Muchos juraron con el puño izquierdo en alto y otros tantos elevando la wipala (bandera indígena).


Como nunca antes, la presencia de mujeres fue muy notoria, como también lo fue la proliferación de apellidos como Mamani, Quispe o Choque, junto con los que hasta hace poco tiempo gobernaban y sometían al país. Todos ellos, desde hoy, tienen un año para redactar la nueva Constitución, que luego el Presidente debe someter a Referéndum. Posteriormente, el Vicepresidente Álvaro García Linera se dirigió al público, quien centró su claro discurso en cuatro ejes: Bolivia nación incluyente, pluriétnica y multicultural; Comunitarismo en vez de competencia internacional; Recuperación del control comunitario y estatal de las riquezas naturales; Acabar con el centralismo colonial, teniendo en cuenta la autonomía y la autodeterminación departamental pero dentro de un lugar común: Bolivia. Continuó el presidente Evo Morales Ayma, con un encendido discurso, historizando el arduo proceso por el que han tenido que atravesar los pueblos originarios y los movimientos sociales para lograr llegar a lo que hoy sucedió: la instalación de una Asamblea Constituyente para la refundación de Bolivia.


Para cerrar el acto, habló la presidenta de la Asamblea, quien se refirió a su intensa vida de lucha sindical y a las dificultades que tuvo que sortear por ser mujer, dirigente e indígena.


Luego desfilaron orgullosamente las 36 nacionalidades indígenas de todas las regiones del país -amazonía, altiplano, trópico, oriente y los valles-.


El 6 de agosto de 1825, en Sucre, Bolivia declaraba su independencia. Pero en su nacimiento, la República no reconocía a sus habitantes originarios, que en ese momento eran el 93% de su población. Tuvieron que pasar 181 años de resistencia para que finalmente los excluidos de siempre lograran establecer en el debate gubernamental, los mandatos consensuados desde las bases tomando como bandera la descolonización, el reconocimiento y la inclusión social.

El Presidente boliviano, Evo Morales Ayma en su discurso durante la instalación
de la Asamblea Constituyente. Sucre, Bolivia. 6 de agosto de 2006

ASAMBLEA CONSTITUYENTE EN BOLOVIA


SUCRE, 5 DE AGOSTO
Por: Iván Crespi B y Marcela Isaza G.

Desde muy temprano en el aeropuerto Juana Azurduy de Padilla, que homenajea a la heroína chuquisaqueña, recibió a varios aviones que trasladaron a personalidades de Argentina, Brasil, Venezuela, Cuba y Panamá, entre otros. Se destacó la presencia del vicepresidente de Cuba, Carlos Lage quien afirmó que Fidel está mucho mejor; y la de Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca, Premio Nobel de la Paz en 1992.

La posesión de la directiva de la Asamblea será el 6 de agosto, y las sesiones se reanudarán el 15 del mismo mes.

Durante toda la jornada, 36 nacionalidades indígenas de Bolivia, tomaron la plaza principal de Sucre, para custodiar que la Asamblea Constituyente establezca definitivamente la refundación del país, tomando como eje central la multiculturalidad y la inclusión. Desde el inicio, ocuparon ese espacio al cual, desde hace cientos de años, les era prohibido ingresar.

Entre las diversas lenguas, se escuchaba el ferviente apoyo a la Presidenta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, una mujer indígena del oriente boliviano, por quien se sienten respaldados y representados.

La Asamblea Nacional de Organizaciones Indígenas, Originarias, Campesinas y de Colonizadores de Bolivia, dieron a conocer un manifiesto que resume la propuesta final de las organizaciones sobre las reformas a la Constitución. El documento redactado luego de tres días de plenarias fue entregado al Vicepresidente Álvaro García Linera y a la presidenta de la Asamblea. Por su parte, el presidente del Movimiento Sin Tierra de Bolivia, Moisés Torrez, advirtió que si los asambleístas dejan de lado la propuesta y no la analizan a fondo para entregar resultados, habrá serios problemas en el país porque "los movimientos indígenas estarán muy atentos al desarrollo de la Constituyente". Los puntos más importantes de la Propuesta son el compromiso con el proceso histórico que vive el país y la declaratoria de vigilancia permanente de la Asamblea. En segundo lugar, piden la construcción de un Estado Plurinacional Unitario, a través del reconocimiento de los derechos fundamentales colectivos e individuales.

En cuanto a las Autonomías, se propone la conformación de las autonomías indígenas, originarias, campesinas, basadas en la reconstitución de la territorialidad indígena y pluricultural, sobre los principios de solidaridad, reciprocidad y complementariedad, siempre en un lugar común: Bolivia. "Ello nos conducirá a la implementación de un nuevo modelo de desarrollo económico social que garantice la redistribución de la riqueza, la industrialización de nuestras materias primas, el uso y manejo sustentable de nuestros recursos naturales y la promoción de los sistemas económicos comunitarios", señala el documento.

La jornada cerró con un discurso del Presidente de la Nación al Congreso, que duró dos horas y media. Allí Evo Morales se centró en destacar las cifras macroeconómicas que Bolivia alcanzó en el primer semestre del año en curso, durante su gestión. Además pidió ayer que la Asamblea Constituyente tenga todos los poderes y que sea incluyente, aunque esto signifique la revocatoria de su mandato presidencial. "Esta Asamblea debe ser originaria y debe tener los poderes plenos porque no es una asamblea para realizar una simple reforma sino es una asamblea reformista. Si revocan mi mandato, muy contento aceptaré cualquier revocatoria, porque se trata de dar todos los poderes a nuestros constituyentes para refundar nuestro país".

Evo dijo que a partir de hoy, cuando la Asamblea Constituyente se inaugure, comenzarán los tiempos de cambio en busca de justicia social, igualdad y libertad de los pueblos.

Además de la Asamblea Constituyente, Evo afirma que uno de los mayores logros que tuvo su administración fue la austeridad que posibilitó un ahorro de más de 60 millones de bolivianos, destinados a salud y educación, y que algunos sectores recibieron un mejor incremento salarial que en anteriores gobiernos.

El 6 de agosto se iniciarán formalmente las actividades para reformar la Asamblea Constituyente, la marcha de las 36 nacionalidades indígenas y una gran fiesta en el Estadio Patria con discursos, música, fuegos artificiales y hasta un partido de fútbol.

COROICO



Por: Iván Crespi B.



Desde el Barrio Villa Fatima de La Paz, buscamos el bus más pequeño, para atravesar la ruta más peligrosadel continente... Se apalabra al chofer indagando el tiempo que viene realizando el mismo trayecto y se da un vistazo desalentador a los neumaticos gastados...Solo resta articular algún rezo, ya que estos son los momentos en que uno desearia ser creyente...


Los primeros tramos son apacibles, llegando a una altura de 4600 metros, rodeados de paredones con nieves eternas y de cascadas congeladas... Por allí también se divisan casas, y lo que parece inhóspito para otros es un lugar óptimo para la vida...


De un momento a otro, nos encontramos haciendo equilibrio en el mentado camino de cornisa... Ahorita sólo resta tomar de la mano a quien esté al lado e intentar disfrutar del impresionante paisaje. A medida que empezamos a bajar, la temperatura comienza a subir; y los espartillos espinosos dan paso a los helechos exhuberantes...


A lo largo del camino y en las curvas más pronunciadas, aparecen personas con carteles verdes y rojos, como enviados de los Apus (Dioses de las Montañas), son los semaforos humanos que previenen los encontronazos entre los carros. Luego de un par de horas, ya bajamos 3000 metros , y arribamos a Coroico, en los Yungas Bolivianos...


Tierra donde se cultiva la mejor coca, y donde hace unos meses (por el cambio de gobierno) han concluido los operativos militares para erradicar esta planta ancestral y sagrada...


En Coroico viven cholos de raza negra... Sus antepasados fueron traídos como esclavos para trabajar en las minas del Potosí. Pero ante el frio extremo y desconocido, no rendían lo esperado, por lo que los llevaron a los Yungas para laborar en los cultivos de tierra caliente... y alli siguen...


Y asi se pasa por Coroico, hermoso indicio de la prometedora selva boliviana.

ISLA DEL SOL


Por: Iván Crespi B


En la apacible Copacabana, damos vueltas a la plaza y vemos como frente a la iglesia se bautizan autos bajo la bendición de la Patrona de Bolivia con flores y guirnaldas, entre tragos y rezos.


De allí, un barco cruza el lago navegable más alto del mundo durante un par de horas y nos deposita en el pueblo de Yumani, en la misma Isla del Sol...


Aca, los niños más chiquitos saben un puñado de palabras en castellano que les sobran para comunicarse con los turistas: "fotografía", "monedas", "caramelos".


A la mañana bien temprano, luego del amanecer entre la cordillera, nos encaminamos hacia la parte norte de la isla, cruzando casas aparentemente deshabitadas, ruinas preincaicas y rebaños de ovejas. Permanentemente caminamos entre terrazas de cultivo, que hace siglos permiten que esta tierra montañosa pueda producir y que el riego natural llegue a todos sus rincones.


En las partes más altas se puede divisar el lago en toda su inmensidad, y ya no alcanzan los ojos ni los rollos para captar tanta belleza... Más allá, en el mismo lago y en el mismo cordón montañoso, se ve lo que hace tiempos se denomina Perú... Aqui es mucho más evidente lo arbitrario e inutil de los límites fronterizos impuestos.


Enfrente, la Isla de la Luna, donde en tiempos del Imperio Inca, llevaban a las niñas elegidas para prepararlas, y asi podrían agasajar a los Dioses y a los gobernantes cuando llegaban a la Isla del Sol.

CHIMBOATA RESISTIENDO AL OLVIDO

COCHABAMBA (zona rural) BOLIVIA
Por: Marcela Isaza G.

La llegada a Chimboata es silenciosa y solitaria. Entrando al pueblo, una mujer de trenzas largas y grises espera que el sol seque su ropa extendida sobre el suelo y los arbustos. Una nube de polvo abre lentamente las puertas imaginarias de la plaza principal, aquella que sirvió de mantel para trueque, compra y venta de gallinas, cerdos, ovejas, trigo, habas, maíz, tejidos; esa plaza que se convertía cada septiembre en anfitrión de fiestas, comida y alcohol; la misma que sintió por última vez los pies de algunos hombres y mujeres partir con bultos cargados de tristezas e ilusiones hacia el país vecino del sur o hacia el otro lado del océano, siempre con la misma intención: trabajar de sol a sol a cambio de un poco de dinero para enviar a sus familias.

Las hojas secas que los árboles sueltan débilmente de sus ramas, van y vienen en remolinos por casas y callejones carcomidos por el tiempo. Un silbido de viento silencioso camina, a veces rápido, a veces lento, entre las calles empedradas, hoy empolvadas de Chimboata.

Años atrás, las lluvias regulares refrescaban la tierra. Las cosechas eran constantes, marcando un movimiento de vida tranquilo y seguro en el pueblo. Pero las lluvias fueron mermando y la tierra y sus cosechas también. La escuela, con más de 140 pupitres que recibían sobre sí colores y cuadernos de toda la región, hoy no son más de 40.

La Iglesia, sin virgen ni padre desde hace años, mantiene sus puertas cerradas. Adentro, palomas y arañas instalaron nidos y telarañas, irrumpiendo un poco el eco de la soledad.

Resignados por el tiempo, de vez en cuando se ven caminando débilmente algunos ancianos que se sientan en una sombra de la plaza a dormitar. No más de 5 chicos a veces salen de una puerta con timidez para entrar a otra y perderse allí por horas. No hay música ni voces, ni pasos que vienen y van. Sólo el viento empuja sonidos desgastados por las distancias que separan a Chimboata de cualquier lugar.

Muchas trenzas y sombreros de diferentes edades buscaron otros rumbos. Dejaron sus familias, su tierra y sus animales. En países lejanos reemplazaron la tierra y el azadón por el cemento y el andamio, en turnos nocturnos para evitar la cárcel, consecuencia de la ilegalidad. Reemplazaron la desgranada de maíz con sus hijas, la hilada entre palabras compartidas de jovencitas y ancianas; reemplazaron la cocina de humo, confidente de tantos secretos y sabores, por el cuidado de ancianos en un hogar geriátrico o por una casa para limpiar hasta su más escondido rincón. En el pueblo quedaron sus hijos a cargo de los más pequeños. Quedaron también los padres y abuelos, implorando por la suerte de los suyos en quién sabe qué lugar.

Una extraña pesadez envuelve la suerte del pueblo ¿A quién le interesa su destino, su muerte lenta y dolorosa, sus cosechas resecas y sus casas de adobe derruidas? ¿A quién le interesa el próximo muerto, encorvado y de pasos tranquilos? Pero en Chimboata aún hay niños, madres desgranando maíz en cocinas de humo, hombres luchando con la aridez de la tierra, ancianos que guardan en cada arruga una historia y mil palabras, espacios que llenar y algunos pies caminando desde lejos a su reencuentro para continuar.